lunes, 18 de diciembre de 2017

Viajes en el pasado. Singapur y su jardín botánico. 2004

Vista del centro financiero de Singapur.

La mayoría de los aficionados a la jardinería hemos oído hablar del Jardín Botánico de Singapur y estos días se me ha venido a la memoria porque acabo de leer en la prensa que, a partir del próximo año 2018, Singapur pone una moratoria a la venta de coches privados. Ya no se podrá incrementar el parque automovilístico nunca más. Es una buena medida contra el cambio climático y no estaría de más que otros países siguieran su ejemplo. En 2004 pasé unos días en esta ciudad-país y quedé muy impresionado por la mezcla de modernidad, eficiencia, belleza y respeto por las tradiciones, difícil de encontrar en otros lugares.

Canal cerca del centro financiero y barrio de aspecto chino.
Hace unos años que Singapur, una isla ciudad, de unos 6 millones de habitantes en el estrecho de Malaca es el estado más rico del mundo y ronda ya los 60.000 euros de “renta per capita”. Y no solo eso, sus estudiantes encabezan, desde hace años, la lista de Pisa en resultados científicos. Y sin embargo cuando en 1965 Singapur logra la independencia, después de haber sido colonia británica, y tras la devastación de la ocupación japonesa durante la segunda guerra mundial, era uno de los lugares más pobres de Asia, con la mayoría de la población en paro y una renta de apenas 500 dólares.

Como dice el escritor americano Robert Kaplan “el estado de Singapur es casi en su totalidad, la obra de un solo hombre, Lee Kuan Yew, su primer ministro durante 30 años, y uno de los pocos dictadores buenos de la historia”. Basándose en unos principios muy básicos: libertad económica, la mejor educación del mundo, meritocracia, bajos impuestos, corrupción cero y un control exhaustivo por parte del estado de la vida diaria de sus ciudadanos, ha logrado el crecimiento de su economía de forma sistemática y continuada, de un 9%, hasta convertir Singapur en el país más rico y avanzado del planeta en relación a su población. Y no es fácil, teniendo en cuenta que la población de Singapur es una mezcla de indios, musulmanes, tamiles, chinos, cristianos, etc., entre los cuales siempre ha habido rencillas culturales y religiosas. Singapur tiene sus luces y sus sombras.  Para algunos sigue siendo una dictadura mientras que para otros es un milagro y un ejemplo a seguir para el resto de Asia. A Lee Kuan le ha sucedido su hijo Lee Hsien Loong, que parece seguir los pasos de su padre sin cambiar una coma y, de momento, no parece haber nubes en el horizonte.

Mezquitas, iglesias o templos budistas se levantan uno al lado de los otros. En la foto una mezquita.
La ciudad que yo conocí en 2004 me pareció uno de los lugares más agradables de Asia por su arquitectura, limpieza, eficiencia y forma de vida. Hay una combinación perfecta entre lo antiguo y lo moderno. Al lado de los imponentes rascacielos hay bonitos  barrios con casas típicas, mercados, bares, etc. El transporte público es barato y cómodo. A pesar de ser un lugar tan próspero, la comida en los restaurantes es asequible y extremadamente buena, y alojarse en un pequeño hotel en alguno de los barrios alrededor del “downtown” era, entonces, muy asequible también. Además, hay muchas cosas que ver, incluido su impresionante Jardín Botánico, museos, parques, casas coloniales, etc. Eso sí, Singapur tiene algunas de las leyes más restrictivas que uno pueda conocer y comento algunos ejemplos: Algunas de estas cosas que menciono no se pueden hacer, y las multas son muy altas, aunque parecen de sentido común: no se puede comer chicle ni beber alcohol en la calle, ni fumar (solo en tu casa) ni cantar o dar voces, ni cruzar la calle fuera de los pasos de peatones. No tirar de la cisterna en un baño público o consumir droga conllevan fuertes multas. Tener una mascota o un coche privado implica costosos permisos del gobierno y no está al alcance de cualquiera. En contrapartida el estado suministra casi el 80% de las viviendas a precios asequibles a sus ciudadanos, no existe el paro, la atención sanitaria y las pensiones son buenas y la educación es la mejor del mundo. Sin duda un lugar para visitar y conocer.

Edificios de época colonial al lado de los rascacielos.

Cúpula del Ayuntamiento de Singapur.

Mercado cerca del centro financiero.

Casas de época colonial.


 
En Singapur hay decenas de esculturas por todas partes que muestran la vida de la ciudad hace siglos. En su mayoría son muy realistas, muy del gusto oriental.

 
Edificios de aspecto colonial en el centro.
Mezquita de Masjid Abdul Gaffoor.



El hotel Raffles de Singapur, fundado en 1887 es uno de los más antiguos y más lujosos de Asia .

Interior del Hotel Raffles.

Imágenes de un templo Hindú.

 
 
Puestos de fruta en un mercado Indio.
 



Jardín Botánico de Singapur
 Su jardín botánico fue creado ya como parque por los ingleses en 1853. Tiene unas 67 hectáreas de superficie, varios lagos y es un lugar muy visitado por los habitantes de la ciudad que suelen ir de picnic o para relajarse y caminar. Es un parque muy del gusto oriental con una exuberante vegetación tropical pero también con muchas zonas para tumbarse en el césped, bosquecillos de palmeras y esculturas realistas de dudoso gusto. Es principalmente famoso por su "Jardín nacional de orquídeas" con más de 3000 variedades, claro que nunca florecen al mismo tiempo, lo que hace que haya épocas mejores que otras para visitarlo.


 

 


 




 





 
Hace unos años se amplió el jardín con estos gigantescos árboles metálicos y unos enormes cúpulas invernadero que le dan un aspecto muy futurista y que todavía no existían cuando yo lo visité. Aquí os dejo un par de fotos de Internet.
 

 

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